Cuando el metro cuadrado cuenta, elegir los trucos de diseño adecuados marca la diferencia. Desde la distribución hasta la iluminación, existen trucos de diseño sencillos que multiplican la luz y optimizan cada centímetro. Con algunos trucos de diseño inteligentes, tu cocina puede sentirse amplia, ordenada y práctica. Además, aplicar trucos de diseño te ayudará a cocinar mejor y a disfrutar más del día a día. Por último, recuerda que los trucos de diseño funcionan aún mejor si se adaptan a tu rutina real.
Distribución que fluye.
Prioriza el triángulo de trabajo (fregadero–cocción–frío) y elige líneas rectas o en “L”. Evita obstáculos y mantén pasillos de 90–100 cm para moverte con comodidad.
Colores y materiales claros.
Frentes en tonos blanco, nude o porcelana, encimeras luminosas y aplacados continuos reflejan la luz. Los acabados mate antihuella mantienen la limpieza visual.
Iluminación por capas.
Combina general (empotrables), funcional (LED bajo mueble) y ambiental (tiras en estantes o zócalos). Los perfiles LED lineales evitan sombras y amplían visualmente.
Almacenaje vertical y modular.
Columnas despenseras, gavetas profundas y herrajes extraíbles convierten rincones en espacio útil. Puertas escamoteables o abatibles liberan la zona de trabajo.
Electrodomésticos a medida.
Hornos compactos, frigoríficos integrables y placas con extracción integrada despejan encimera y mejoran la ergonomía. Si puedes, esconde el microondas tras una puerta.
Superficies continuas.
Menos juntas = más amplitud. Una encimera que “sube” a modo de aplacado crea continuidad. Añade una barra volada o mesa plegable para comer y trabajar.
Detalles que suman.
Tomas ocultas, cubos de reciclaje integrados y organizadores de cajón mantienen el orden. Un par de estantes abiertos aportan calidez sin recargar.
Con estas pautas y los trucos de diseño correctos, tu cocina se verá más grande, más luminosa y, sobre todo, más cómoda.